Betandeume: Ruta por el Noroeste Gallego
martes, 31 de enero de 2012
Despedida y Alojamientos
Los alojamientos que hay a continuación han sido escogidos por su proximidad a este final de ruta, ya que aunque ha sido programada para durar tan solo un día, podría ampliarse realizando una visita a la ciudad de Pontedeume, e incluso viajando hasta Ferrol y el norte de la provincia coruñesa.
Casa Grande Fontao
Casa de Graña da Acea
Casa Bernardo
Casa Pousadoira
Tarde: Hadas, hadas everywhere
Tarde: Locura transitoria
Bajamos la cuesta del Monasterio para volver al coche, con no muchas ganas de volver andando tantisimo tiempo. Pero os lanzo una pregunta ¿Que es lo que pasa cuando juntamos un momento de inspiración total y absoluta, el cansancio de un día entero prácticamente caminando sin hacer otra cosa mas que eso, un sueño terrible, una mente un tanto inestable, un hermano malvado, una cámara con opción de vídeo y un pequeño acto de vandalismo? Si queréis resolver el enigma, mirad este video.
Tarde: Todo recto y hacia arriba
En el momento en el que comenzamos a andar comencé a temer por mi vida. Las hojas secas bajo mis pies semejaban una gran pista de patinaje. Caminábamos a buen paso, no queríamos que se nos hiciera de noche antes de llegar al Monasterio, pero no por ello manteníamos la boca cerrada. Era mucho mejor ir hablando de cualquier tontería, escuchando los ruidos de los animales que habitaban la fraga, aun sin verlos, que ir en completo silencio escuchando como cada vez la respiración se volvía mas costosa. Tanto sillonball es lo que tiene. Tras una caminata de una hora y media aproximadamente subimos hasta el monasterio. Mas cuesta, un tanto empinada pero el lugar valió la pena. Y mucho. No me esperaba nada semejante a decir verdad. El monasterio de Caaveiro era un lugar precioso, tranquilo, y bien conservado si tenemos en cuenta sus circunstancias. Un lugar del que se cuenta una bonita leyenda que podréis escuchar a continuación.
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Monasterio de Caaveiro |
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Tarde: Señor, dame paciencia
Orilla izquierda, por la que hay rutas de senderismo. |
Rio Eume |
Rio Eume |
Tarde: O coche que me leva...
Ya habiamos terminado de comer la tortilla amarilla tan rica, y las truchas. Manjar de dioses me atrevería a decir, casi sin temor a equivocarme. El cielo seguía gris y encapotado, pero todo se veía mejor ahora que teníamos el estómago lleno, a pesar de que las perspectivas de caminar tanto solo me atraían a mi por la pura curiosidad de ver el monasterio de Caaveiro, y a mi madre por el ejercicio. Es decir, que las mujeres de mi familia somos las únicas sanas, o al menos lo intentamos. Ya en la carretera, mi padre puso un disco de Pink Floyd, el que tenía la que yo consideraba (y considero) como la mejor balada: "Wish you where here". Quiso la suerte, o el destino, que comenzase a sonar cuando estábamos justo por encima del puente de Pontedeume. Ya había pasado demasiado tiempo callada. Era hora de contar una historia acerca de aquel lugar.
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Mediodía: O Palucho
Como ya sobrada tradición, siempre que no acercábamos hasta Betanzos íbamos a comer al Palucho. Tomamos por el conocido camino, un tanto lioso para los que no lo conozcan y que a continuación explicaré. Hay que tomar la AC-840, que va hacia Oza-Curtis-Melide. Unos trescientos metros después de pasar por debajo de la A-6, hay que tomar un desvío a la izquierda indicado como Roibeira. Otros doscientos metros y ya estamos en Palucho. Palucho. Solo el nombre hacía que se me abriera el apetito. Y no solo por la tortilla, por la ensalada, y por el riquisimo queso con membrillo que tenían. Lo que mas me gustaba alli era comer las truchas. Totalmente impresionantes, y debéis creerme cuando os lo digo, a mi, que no me gusta ni ver el pescado, comiéndome yo sola mas de una docena de truchas. Un espectáculo digno de ver. Y si con esas, todavía no os fiáis, aquí tenéis un enlace que me respalda: Mesón Palucho
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